Una joven cubana cuenta su situación de vivienda en la Isla: “Yo soy un caso social, pero no les importa que una embarazada y una niña corran peligro”
—Mientras su madre intenta desempolvar el inmueble que ha permanecido cerrado durante años, Dainelis Durruti Hipólito recorre su barriada, en la Habana Vieja, en busca de una cadena. Afirma que necesita sentirse protegida, segura, pues dice que no piensa salir del local en el que se introdujo de manera ilegal este fin de semana, a causa de la delicada situación de vivienda que enfrenta.
Su estado de gestación no ha impedido su recorrido, pero ha tenido que invertir los únicos ciento cincuenta pesos con que contaba en la compra de la cadena con la cual cerrar la puerta del local. Necesita un techo donde dormir sin susto para cuando de a luz a la nueva miembro de la familia dentro de unos meses.
“Tengo que tener todo cerrado con candado para impedir que cuando venga la gente del gobierno puedan desalojarme, no pienso salir de aquí porque estoy embarazada y tengo una niña chiquita, y a nadie le ha importado todo el tiempo que llevamos arriesgando nuestras vidas viviendo en ese derrumbe”, contó a CubaNet Dainelis.
Su esposo la echó del local que le habían otorgado las autoridades al núcleo familiar, cuenta, por lo que tuvo que regresar al edificio donde residía, el cual se encuentra en pésimo estado constructivo con peligro para la vida.
“Allí no se puede vivir, tengo mi vida y la de mi familia colgando de un hilo, eso se está cayendo a pedazos y vivienda (Dirección Municipal) no le da solución a mi caso. Yo soy un caso social, pero no les importa que una embarazada y una niña tengan su vida en peligro, por eso me colé aquí, para intentar salvar nuestras vidas”, afirmó.
El local, ubicado en la calle Sol, a una cuadra de la céntrica Avenida del Puerto, en el casco histórico de la Habana Vieja, se encuentra en desuso hace algún tiempo, según vecinos de la zona, quienes agregaron que el mismo era una antigua oficina de la Empresa Constructora Puerto Carena, pero que hacía mucho tiempo no le daban ninguna utilidad.
“Dicen que en el pasado varias personas se han colado aquí, pero que las han sacado rápidamente, pero para sacarme de aquí hay que darme candela, y si me desalojan me voy para la Plaza de la Revolución”, advirtió Dainelis.
Según cifras oficiales, la capital cubana es una de las provincias con el índice más alto en el déficit de viviendas del país, cuya cifra asciende a 185 348, seguida por Holguín con 115 965 y Santiago de Cuba que alcanza un déficit de 101 202 viviendas.