Foto de archivo.-

—El equipo de campaña del presidente estadounidense Donald Trump acusó este viernes a Twitter de permitir las “publicaciones engañosas” del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel contra la administración republicana.

“Cuba comunista difunde mentiras en Twitter, y Twitter no hace nada. Hola Jack, ¿dónde está la verificación de los hechos?”, dice un mensaje divulgado esta tarde, que fustiga a la red social por sugerir fact checking a dos publicaciones de Trump el pasado miércoles y callar ante las difamaciones del Díaz-Canel.

El post señala que este viernes Díaz-Canel visitó Twitter para difundir mentiras y teorías de conspiración sobre la administración republicana, y esos tweets no han sido “verificados” por la compañía “a pesar de ser demostrablemente falsos”.

De acuerdo con el mensaje, este hecho confirma la teoría del mandatario Trump sobre el “sesgo anticonservador” de las redes, en especial de esa plataforma.

Explicó que el tweet de Díaz-Canel contiene tres mentiras fácilmente demostrables.

En primer lugar, miente al decir que EE.UU. ha guardado “silencio” sobre el ataque ocurrido contra la Embajada de Cuba en Washington, D.C., el mes pasado. “De hecho, Estados Unidos condenó los ataques el mismo día en que ocurrieron”, subrayó el mensaje.

La segunda, acusa sin fundamento a la administración Trump de ser “cómplice” en el tiroteo, cuando no hay evidencia para apoyar esto.

Por último, el mensaje de Díaz-Canel sugiere que el hombre armado que perpetró el tiroteo fue financiado por grupos terroristas, pero la policía sostiene que actuó solo y que se encuentra mentalmente enfermo e incluso escuchó “voces”, expresó.

Al respecto, señaló a Twittter por no etiquetar este post con información falseada y recordó que no es la primera vez que tanto el régimen cubano como el de Nicolás Maduro en Venezuela difunden desinformación y propaganda en esa red social.

“Lo hacen regularmente, pero Twitter no hace nada”, sentenció.

El equipo de campaña de Trump acusó a Twitter de ser una compañía de izquierda, cuyo “jefe de integridad del sitio”, Yoel Roth, utilizó la plataforma de microblogging para publicar mentiras escandalosas sobre su administración.

Esta nueva denuncia intensifica la cruzada de Trump contra las plataformas de internet. El pasado jueves, el mandatario firmó una orden ejecutiva para regular las redes sociales, luego de que Twitter etiquetara dos de sus publicaciones y sugiriera a los usuarios verificar la información.

La orden da pautas al gobierno estadounidense para supervisar el discurso político en las redes sociales y pone en riesgo la Sección 230, una ley federal que hasta ahora evitaba que las compañías tecnológicas fueran demandadas o consideradas responsables del contenido colgado por los usuarios en sus plataformas.

Algunos analistas consideraron que la nueva directiva podría empoderar a los reguladores federales para emitir sanciones a las compañías que sean acusadas de exhibir algún sesgo político.

Los juristas, en cambio, dijeron que la censura de las redes sociales es una táctica política y no cambiará las obligaciones legales de compañías como Twitter Inc y Facebook Inc.

“Incluso si lo hace, las regulaciones de la agencia no tendrán ningún efecto legal vinculante para los jueces, que son los que realmente tienen algo que decir sobre la ley”, consideraron.

Por su parte, legisladores demócratas acusaron a la Casa Blanca de usar las agencias gubernamentales para llevar a cabo las venganzas políticas del republicano.

A pesar de su guerra contra las plataformas mencionadas, Trump es uno de los usuarios más activos e influyentes de Twitter. Su cuenta en esa red tiene más de 80 millones de seguidores.

A fines de abril la embajada cubana en Washington fue atacada por Alexander Alazo, un hombre de 42 años que se encuentra en prisión preventiva.

Aunque el atentado fue calificado por las autoridades estadounidenses como un “crimen de odio” y mantienen al hombre bajo custodia en espera de un juicio, el régimen cubano ha acusado a la administración republicana de quedarse de brazos cruzados ante esos hechos.

Alazo, de origen cubano, realizó 32 disparos con un fusil AK-47 contra el edificio y luego lanzó el arma contra la entrada para arroparse en una bandera estadounidense.