(Foto: AFP)

 

Hay numerosas señales que deben ser analizadas y que permiten asegurar que hay que tomar cartas y pensar en el futuro de la isla

 

Dentro de poco, las fuerzas concentradoras del Estado y el Gobierno estarán repartidas, aunque se conoce que el verdadero poder está en el Partido Comunista de Cuba (PCC) y tras bambalinas, algunos personajes (oscuros y con mucha potestad) que no se hacen públicos.

Por otra parte, no es un secreto que la paralización diaria de actividades por falta de recursos, en particular de combustible; acompañada de la desidia de muchos dirigentes que disfrutan de altos puestos para obtener beneficios propios.

Cada vez son más esparcidas las apariciones en la televisión y prensa de José Ramón Machado Ventura, quien recorría el país detrás de la agricultura y la zafra azucarera, algo que ha pasado a hacer Salvador Valdés Mesa, el vicepresidente de todo.

En estos momentos existen numerosas críticas al camino por el cual se está llevando la economía. Muchos cubanólogos, incluyendo economistas oficialistas, recuerdan grandes errores de la desaparecida “Piedra” que aún nos golpean. Por solo poner un ejemplo, la decisión de burlarse del dólar americano (1993), poniendo en circulación una “moneda dura”, el CUC (siglas del peso cubano convertible en inglés), junto con el peso cubano (CUP).

En 2004, se sustituyó la circulación del dólar estadounidense por el CUC, lo que permitió que pasara a las arcas del Banco Nacional de Cuba un gran volumen de divisas que se encontraba en manos de la población. En ese momento se consideró una obra maestra.

En el año 2014 el Ministerio de Finanzas y Precios emitió la Resolución 19, que contiene las medidas financieras y contables que entrarán en vigor antes de la reunificación monetaria, a partir de un denominado día cero. Han pasado cinco años y no se ha podido enderezar este entuerto, aunque hay que decir que, de vez en cuando, se moviliza la población con aquello de: “cuidado que viene el lobo”.

Al parecer, tanto tiempo esperando un cambio ha hecho que los más vinculados a la política se olviden un poco de planificar el futuro. Y es que las ideas que se han recogido en documentos de hace algunos años atrás van perdiendo la vigencia y hay que estar alerta, porque como dicen los creyentes: “los caminos de Dios son anchos y conducen a cualquier lugar”.

Si de forma (bastante) hipotética hubiera un cambio mañana, ¿cómo podrían enfrentarlo los opositores y el exilio político? Dentro del país los grupos disidentes están muy debilitados en estos momentos, la policía política los tiene sometidos a un programa de cansancio. Hay que decir -antes de que se malentienda- que los que piensan y actúan diferentes a la dictadura han jugado un papel importantísimo dentro de la isla para dar a conocer la realidad en la que vivimos; porque el régimen se empeña en hacerlo todo color de rosa y dar la idea de que aquí no pasa nada, que el pueblo está contento y apoya al gobierno.

A lo que me refiero es a la proyección del futuro. Hace ya algunos años se escribían versiones de la Constitución para una Cuba democrática, programas para desarrollar diferentes aspectos de la sociedad; eso ha desaparecido, en estos momentos se piensa solo en el presente, claro, soluciones importantes como la salida de la prisión de los presos políticos, pero no suficientes.

Se han producido recientemente tres eventos sociales que eran impensables y a los que no han estado vinculados de forma directa los opositores: el movimiento por el cuidado de los animales, la marcha de los LGBTI y la protesta frente al Ministerio de Comunicaciones de algunos desarrolladores y usuarios de SNET. Habría que preguntarse: ¿vendrán otros más? Hay que dejar claro que todos han sufrido la represión de las fuerzas de la Seguridad del Estado.

Sin embargo, esto indica que cada día crece el número de personas que no están de acuerdo con lo que sucede en el país y no se puede dejar de reconocer que ha habido también paros silenciosos, que surgen de forma voluntaria, como, por ejemplo, los de los transportistas privados, no solo en la capital, también en provincias del interior.

Además del escenario interno, no se puede dejar de analizar lo que sucede en América Latina y en el mundo. Una nueva victoria de Donald Trump en las elecciones de los Estados mantendría la presión sobre la isla; ello, sin contar el golpe que supondría para el régimen una hipotética salida de Nicolás Maduro del poder.

Hay numerosas señales que deben ser analizadas y que permiten decir que hay que tomar cartas y pensar en el futuro.

Acerca de la autora: Martha Beatriz Roque Cabello Nació en La Habana, el 16 de mayo de 1945, hija de un matrimonio de inmigrantes canarios, que tuvieron 6 hijos, dos varones y cuatro hembras, ella era la hija menor. Estudió Licenciatura en Economía en la Universidad de La Habana, se graduó con honores y se quedó como profesora de la asignatura Estadística Matemática. En 1989 ingresa en la oposición, fundando el Instituto Cubano de Economistas Independientes. Posteriormente, forma parte del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, que fue llevado a prisión en el año 1997, por escribir La Patria es de Todos. En 2003 retorna a prisión como parte del Grupo de los 75, la única mujer. Una vez en licencia extrapenal organiza la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, que tuvo dos días de trabajo público en Río Verde, Boyeros, La Habana. Actualmente mantiene su línea de trabajo con la población a través de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.