Miguel Coyula. Foto de la autora.-
Miguel Coyula declara que le interesa trabajar los personajes inadaptados “porque a través de ellos puedes ver lo que está mal con las sociedades”
Precisamente, pese a ser Coyula uno de los directores cubanos más reconocidos internacionalmente, esa incomodidad de sus obras le han valido el rechazo y la censura de la industria cinematográfica de Cuba. Ninguna de sus obras ha podido ser proyectada en cines u otros espacios dentro de la Isla.
Nadie es el título de la película que el cineasta ha presentado al Festival de Colombia. El documental narra la vida de Rafael Alcides, poeta censurado en Cuba desde inicios del triunfo revolucionario, además de explicar parte de la historia de la Revolución cubana a través de la visión apasionada y el desengaño de Alcides.
Coyula declara que le interesa trabajar los personajes inadaptados “porque a través de ellos puedes ver lo que está mal con las sociedades”. También explica que le gusta explotar las contradicciones en los mismos. Por estos motivos le interesó la figura de Alcides: “tiene una visión muy romántica de la Revolución que vivió en 1959 y, a pesar de que se decepcionó, sigue siendo un humanista. Él culpa a Fidel Castro, pero dice que sigue siendo socialista. Lo que lo hace un personaje bastante inusual”. Alcides tuvo que vivir gran parte de su vida aislado, criticado tanto por el gobierno cubano como por la disidencia anticomunista.
“Nadie es todos”, comentó Rafael Alcides al ver por vez primera el documental; porque “en Cuba hay solo dos disidentes, que son Fidel y Raúl, el resto estamos de acuerdo”. Nadie es también el título de un libro de poesía de Alcides que fue censurado en 1970 por ser considerado demasiado nihilista. De igual forma, para Coyula, Nadie de la generación de Alcides se atreve a decir lo mismo que él delante de una cámara, y “no hay Nadie como él”.

La obra fue galardonada como Mejor Documental en el X Festival de Cine Global Dominicano, 2017. Cuenta su director que, poco después, intentaron proyectarla en Cuba en la Casa Galería El Círculo, pero que la Seguridad del Estado lo impidió. La película había sido aceptada en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Argentina, y “casualmente”, luego de estos sucesos, fue retirada. También fue rechazada en el Festival Internacional de Cine de Miami y en los eventos cubanos del gremio.
Para los críticos cubanos “es como si la película no existiera”, señala Coyula. Refiere además que, en la ciudad de Santa Clara, una señora que trabajaba en la radio fue expulsada de su centro laboral por tener una copia del documental en la computadora del trabajo. Pero que ella no ha querido hacer la denuncia.
“Es triste –manifiesta– porque los artistas e intelectuales son los que realmente generan un cambio y si el arte está limitado o censurado por los mismos creadores, entonces es muy difícil que evolucione un pensamiento en la sociedad”.
Miguel Coyula ha obtenido varios premios internacionales. Entre sus películas más reconocidas se hallan Cucarachas rojas (2003), en la que hace referencia al incesto, y Memorias del Desarrollo (2010). Esta última fue elegida por la Guía de Cine Internacional como mejor película cubana del año, y descrita como una de las mejores películas cubanas de todos los tiempos.
No obstante, declara que “el cine que yo hago no encaja en Cuba por razones políticas, y tampoco fuera de Cuba, por razones comerciales”.
En sus obras resalta su sensibilidad poética y narrativa; y, pese a considerarse a sí mismo como un ser humano antisocial y un cineasta no político, reconoce que indudablemente el contexto cubano lo condiciona como artista.
“El cine, para mí –revela– nace de una necesidad espiritual, de alguna manera, vomitar el subconsciente y verlo en imágenes y sonido. Después si eso encuentra una audiencia, muy bien”, pero “si es honesto para ti, siempre va a encontrar un público”.
Asimismo, opina que el cine independiente debe operar sin autocensura, y que no puede existir ningún tema tabú.
Actualmente, Coyula trabaja en la película Corazón azul. Cuenta que la misma comienza con un experimento que hace Fidel Castro para construir al hombre nuevo a través de la ingeniería genética. “El experimento, por supuesto, sale mal” y estos niños crecen con trastornos psicológicos, se unen y crean una especie de banda anarquista que empieza a desmantelar el sistema.
Crear preguntas más allá de proveer respuestas es para Miguel Coyula lo importante en su cinematografía: “No tengo respuestas a los problemas, pero crear contradicciones en las preguntas es para mí lo fundamental”.