En una de las emisiones del show de Alexander Otaola y a su manera.

Esta es una historia que sucedió hace mucho y que ya se conoce, pero que ahora repito para que no se olviden las cosas que son capaces de hacer los dirigentes comunistas y, supuestamente, culturales en Cuba.

Debía cantar una canción en el noventa aniversario del dictador y asesino mayor, que moriría unos meses después. Ella necesitaba que la dejaran salir del país para regresar a Estados Unidos, pero el régimen la sancionó porque -supuestamente- no le había entregado al gobierno la ”parte que todos los artistas deben entregarle”. Entonces, para quitarle el castigo, debía cantarle al tirano en su último cumpleaños. De esta historia han pasado tres años, pero no se puede olvidar porque siempre ha pasado y siguen pasando situaciones iguales.

Los dejo con el estilo de Otaola!.