Cuesta Morúa reconoce que con el régimen cubano no se puede dialogar, fundamentalmente porque quienes lo dirigen no están dispuestos a hacerlo
A esta séptima edición del evento, el también Portavoz del Partido Arco Progresista ha presentado una nueva perspectiva sobre los Derechos Humanos en Cuba. Aunque la Isla sea el único país que no reconoce desde el Estado todos estos Derechos aprobados en 1948 por la ONU, Manuel explica que en la nueva Constitución cubana se han recogido algunos como: libertad de movimiento, de asociación, reunión, expresión y manifestación pacífica.
Este contexto, revela Cuesta Morúa, los cubanos debemos utilizarlo a nuestro favor porque existe un amparo legal que no teníamos antes: “Yo creo que esto abre un espacio interesante para darle un nuevo impulso al tema de los derechos humanos en el país desde la política”.
Aunque continúen las violaciones y arbitrariedades por parte del régimen cubano, con lo cual violan también la Constitución de la República, Manuel opina que se debe seguir exigiendo su respeto y apelando a la Carta Magna, porque entonces se podría declarar igualmente la ilegitimidad del gobierno. Se trata de utilizar sus propias leyes para defendernos, o al menos intentarlo.
Si bien un punto clave en este ejercicio de derecho es la creación de los Tribunales Constitucionales, Cuesta Morúa considera que se debe ir trabajando en la educación y empoderamiento de la ciudadanía para así lograr masividad en estas exigencias.
“Estamos frente a una Constitución contradictoria –continúa argumentando– porque por un lado reconoce derechos y por el otro defiende la supremacía de un estado totalitario”. Refiere que en el artículo 3 se declara que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, lo cual se contradice en el artículo 5 al plantearse que el Partido Comunista es quien define las líneas y rige al Estado. Para él, hay que explotar contradicciones como estas para tratar de cambiar la Constitución.

Por otro lado, “si la soberanía reside en el pueblo hay que reconocer la heterogeneidad del pueblo y que todos tenemos derecho a conformar la voluntad política”. O sea, no hay espacio para la exclusión ni por creencias religiosas, ni políticas, ni de ningún tipo.
Para la mejor comprensión de estos detalles, los socialdemócratas del Partido Arco Progresista han establecido espacios denominados Mesas de Iniciativa Constitucional, en donde tratan de educarse, empoderarse con la ley cubana y conocer sus derechos dentro y fuera de Cuba. De esta manera, preparan a los ciudadanos para lograr una movilización de acción cívica masiva.
Arco Progresista fue fundado en 2002 y reúne a varios cubanos residentes en Cuba. Su propósito es, al decir de Manuel Cuesta, “conjugar las libertades individuales con la equidad social”.
Además de esta iniciativa presentada por su Portavoz en el evento de Buenos Aires, han trabajado para impulsar propuestas constitucionales y legales tales como Plataforma Otro 18, de conjunto con diversos actores de la oposición dentro y fuera de Cuba.
No obstante, aunque defienden el diálogo como herramienta importante para resolver la situación cubana, Cuesta Morúa reconoce que con el régimen cubano no se puede dialogar, fundamentalmente porque ellos no están dispuestos a hacerlo, porque “hay demasiada arrogancia de poder, y es imposible tratar nosotros de conversar con gente que te humilla, no respeta su propia ley, que excluye, que tiene una visión estrecha de país y que además no tiene cultura. Pero tenemos el recurso legal y debemos aferrarnos a él para tratar de defendernos”.
Manuel Cuesta Morúa se inició en la oposición política desde inicios de la década del 90 en el grupo Corriente Socialista Democrática Cubana. En el año 2016 obtuvo el Premio Ion Ratiu, del Woodrow Wilson Center. Es además autor de los libros Los futuros de la Isla (2002) y Ensayos Progresistas desde Cuba (2014). Su ideario ha sido, según declara, tratar de tener una visión política de Estado que conjugue y defienda los derechos, libertades, la justicia, la equidad y las minorías.
La Conferencia en el Día Internacional en Recuerdo de las Víctimas del Totalitarismo organizada por CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina), le ha dado la oportunidad de exponer y debatir, junto a importantes especialistas de varias partes del mundo, el contexto y el futuro de Cuba.