
—Una encuesta de la Universidad Internacional de Florida (FIU) dirigida a recoger la opinión de los cubanoamericanos en el sur de la Florida, reveló que la mayoría apoya la política de aislamiento del actual gobierno estadounidense y la continuación del embargo económico a la isla.
Para el sondeo fueron consultados, 1002 cubanoamericanos mayores de 18 años, contactados al azar por teléfonos móviles y fijos, entre el 7 de julio y el 17 de agosto últimos.
Las entrevistas fueron realizadas en español e inglés.
La encuesta, que tuvo un margen de error de 3.1 puntos porcentuales, indica que la actual posición de la Casa Blanca en cuanto a Cuba recibió el apoyo del 66 por ciento de los consultados y reveló que el 59 por ciento manifestó que votaría por el presidente Donald Trump en las próximas elecciones.
Realizada por los encuestadores de la casa de altos estudios, Guillermo Grenier, profesor y sociólogo y Qing Lai, profesor asociado y sociólogo, el estudio demostró que 60 por ciento de los cubanoamericanos en Miami-Dade aprueba la continuación del embargo, aunque también hubo un elevado por ciento de opiniones favorables al acercamiento: 69 % dijo favorecer la venta de alimentos, 74 % las de medicamentos, 58 % las relaciones diplomáticas y 65 p% la reanudación de los vuelos a todas las regiones de Cuba.
En cuanto a afiliación política, 76 por ciento de los llegados a EEUU entre 2010-2015 dijeron estar afiliados al Partido Republicano.
Según esta encuesta, se espera que el presidente Donald Trump reciba aproximadamente el 59 por ciento del voto cubanoamericano en Miami-Dade en noviembre.
La economía y el cuidado de la salud siguen siendo los dos asuntos nacionales más importantes para los cubanoamericanos.
En cuanto a la normativa pies secos pies mojados, la comunidad está dividida: 51% se opone y 49% apoya el regreso de esta medida.
Los hallazgos de la encuesta sugieren que hay un “retorno a
puntos de vista tradicionales de línea dura” hacia las relaciones entre Washington y La Habana, indican los encuestadores.
Esta tendencia, aseguran, puede estar impulsada por la lentitud del cambio en la isla, o “la narrativa nacional hostil que actualmente
rodea las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en los Estados Unidos”.