Otero Alcántara, recién excarcelado, con la periodista Iliana Hernández. I. HERNÁNDEZ/FACEBOOK.-
DDC, La Habana. 14 de marzo 2020.-
—“Ellos mañana me pueden sembrar una rama de marihuana en el bolsillo, o un invento. La mitad de las más de 30 detenciones que he tenido me han acusado de desacato conmigo dentro del calabozo, y al final es una aberración. Lo único que nos protege y salva es la conexión, los amigos, la gente que tiene fe en uno”, dijo el artista Luis Manuel Otero Alcántara a DIARIO DE CUBA menos de 24 horas después de ser excarcelado por el régimen cubano.
“El sistema judicial cubano es una aberración. En la cárcel donde estaba hay enfermos mentales, gente que comía del piso, que se bañaban tres y cuatro veces en la madrugada, tomaban agua con orine; estamos hablando de locos, literalmente. El sistema en general hay que cambiarlo, y el sistema judicial en especial. No te imaginas las cosas que puedes ver en un calabozo.”
Otero Alcántara refirió algunos de los detalles sobre su situación en la prisión de Valle Grande, adonde había sido trasladado por la policía política tras ser detenido el pasado 1 de marzo y acusado de tres presuntos delitos.
Durante 13 días, el líder del Movimiento San Isidro y una de las figuras más frontales en la oposición al Decreto 349, estuvo detenido a la espera de un juicio por el delito de “daños”, que fue posteriormente suspendido “hasta nuevo aviso” por el Tribunal Municipal de 10 de Octubre.
“Esa es una de las tantas aberraciones de las que te hablé. Cuando me detienen frente a mi casa, me suben a la patrulla y una policía le quita el teléfono a Claudia, la golpea, y yo empiezo a gritarle. El tercer policía me aprieta la esposas, me tortura para que me calle, todavía tengo marcas en las muñecas. Al llegar a la estación, ese policía me dice: ‘mira lo que rompiste’. Era una especie de pieza a presión que está donde va el aditamento a presión de subir y bajar las ventanillas. En realidad yo no rompí nada, era una pieza que estaba zafada. El policía que venía conmigo dijo: ‘no rompió nada, no hay que acusarlo, eso se pone’. Pero el que venía manejando dijo: ‘vamos a acusarlo.’ De ahí el delito de daños: de dos a cinco años.”
Sobre la campaña de odio de algunos funcionarios y artistas oficialistas en su contra, comentó: “Eso es un guion que hemos visto varias veces. Cada día es más caduco. Lo más importante de este apoyo es darnos cuenta de que estamos cambiando Cuba. Esos funcionarios cada día están más falta de imaginación, de creatividad, de oxígeno. Me dan lástima, realmente. No tienen el apoyo de la gente.”
“Y esto demuestra que la obra funciona: como todo en Cuba lo atraviesa la política y ellos sí pueden tocar temas sensibles, como este de la muerte de las niñas, pueden jugar con la muerte, con las víctimas, pero si uno habla de esos temas está mal visto. Los artistas que tenemos una sensibilidad hacia lo político, que trabajamos para la gente, el hecho de que la gente responda me pone super orgulloso y super feliz de lo que está pasando.”
“Y también del movimiento, porque no soy yo solo. Gente que se movió, que son amigos, pero que la gente de un paso al frente o de un like en Facebook, no te imaginas la valentía que hay que tener en Cuba para hacer eso. Que vengan todas las restricciones que quieran, que vamos a seguir trabajando”, aseguró.
Sobre la cárcel: “La cárcel es 1% de libertad.”
Sobre el apoyo de la gente: “Eso ha sido lo más grande.”
¿Y ahora qué?: “Ahora seguir trabajando, seguir pa’lante. La cárcel es un estado que sabía que podía pasar y que puede seguir pasando en el futuro. Esto no es un punto final. Yo voy a seguir trabajando por la libertad de Cuba y en contra de la injusticia donde quiera que esté.”